martes, 6 de diciembre de 2011

Premio Nobel al desagrado





El pasatiempo de jugar a la melancolía
gran distracción de los miedos más profundos y crueles.
El ver como muchos se escudan en sentimientos erróneos, de doble filo,
me hace sentir como la luz de esta noche que entre susurros quema mi razón.

Me siento ajeno a todos ustedes, descarriado,
fuera de tanta inútil inocencia requerida...
¿Entenderán lo que quiero ó serán otro juego mental?
¿Vivirán lo que quiero ó estarán ajenos a mis pensamientos?
¿Sentirán mi desespero ó lo tomarán como un leve pasatiempo?
¿Dudarán de mi infinita persistencia ó la desecharán como algo viejo?

Este repudio hacia mis pares me ha marcado, espero que entiendan,
la vida es como un trampolín sin dirección,
bastante falsa pero con mucha razón,
amigable pero envidiosa,
duradera pero con límites muy demarcados.
Amable pero inconsciente,
es el elíxir agrio de las almas efímeras...
Como las nuestras.

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