Buen día. Buena noche. Hola. “Quiubo”. ¿Qué más? Hola.
Si te vuelvo a ver no me perdones. Si me ves. Bueno. Últimamente no es lo mismo. Acuérdate. No llores si todo estaba antes. Antes de llorarlo siéntalo. El pasado tiene esa simpatía para escuchar.
Pienso no volver, no es nada nuevo, pero ya no anda. Rebeca me dice que me va a perdonar. Que entrega, que no recibe para ella. Yo sé, me espera a mí, pero todo está en ahora.
Me quedo con lo que me diste. Bracier, cucos, tu vida. Me quedo porque no te amo. Porque como todo tipo que no le importa se va y no le importa. Si te vas o te quedas. Te duela o no. Hoy saco todas esas ropas de “hombre” que me han enseñado. Y no te pido nada.
Nos agotamos. Como las verdades. Nos agotamos todo. Más allá o más cerca, el tiempo siempre ha sido un lugar. Me encantaría quedarme. No te amo, ni algo parecido, lo sabes. Lo de los números impares no fue lo mío. Lorca, Volkoff, las músicas de hoy. Hasta un Galeano o un “sonrió para demostrar mi fuerza”. Perdóname, cosas de terceros, nada que hacer.
Y perdóname otra vez. No lo decimos por intenciones buenas. Lo decimos porque, hm. Bueno. Lo decimos porque “ahora” todo es más al final, no importa como. Ahora la decencia es signo de hipocresía o algo de imperialismos. Pero repito. Ahora solo es un lugar. Me he preguntado toda la vida lo mismo. Perdóname, ahí está mi lado que no le ha gustado mucho a mi concejo, ni a ti. La inteligente.
Pero bueno, me adelanto a la parte de pensar que todo irá a pasar como yo lo pienso. Eso de olvidarse que el destino también existe fuera de los mapas, me jode.
Repito: Perdón.
Ps: Señora Soci de Edad, si está leyendo esto, sus sueños se le están quemando. Gracias
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